Por la mañana y con las fuerzas renovadas, y Carmen con el aceite y agua con sus niveles correctos volvimos a la carretera para volver a visitar uno de nuestros lugares favoritos Glastonbury.
La carretera hacia el sur oeste estaba muy congestionada llena de retenciones, nos dimos cuenta tarde que agosto era la peor fecha para viajar por carretera y encontrar alojamientos en una de las zonas mas turísticas del país aunque por suerte esa noche dormiríamos en casa de Pearl y Marcel nuestros mejores amigos en Inglaterra.
Llegando a Glastonbury comenzamos a disfrutar de la conducción al tomar carreteras tranquilas de la campiña de la comarca de Somerset.
Glastonbury a parte del festival de música que casi todo el mundo conoce, es un pueblo lleno de encanto con mucha historia gracias a su abadía, y a las leyendas del Rey Arturo, hoy en día tiene varias calles llenas de comercios dedicados a culturas alternativas, trajes de época medieval, literatura y un largo etc. relacionado con las leyendas que atesora.
Como no podía ser de otra manera al visitar estas tierras disfrutamos de un estupendo Cream tea.
Llegamos a Torquay al atardecer a casa de nuestros amigos cansados pero muy contentos de volver a verlos, por desgracia no nos dio tiempo de visitar muchos de los sitios que nos hubiera gustado ir con ellos ya que el ferry desde Plymouth en dirección Santander zarpaba a la tarde del día siguiente.
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