Allá por el año 2000 en el pequeño pueblo costero de Budleigh Salterton me apasionaba ver a una señora de avanzada edad conduciendo con sus guantes blancos a los mandos de un coche para mi extraño pero de formas voluptuosas y atractivas, aquel coche era un Morris Minor Saloon de color azul claro, en esta época empecé a conocer este coche tan peculiar.
Debo decir que lo que me atrajo de el o mejor dicho ella ya que casi todos los Morris Minor llevan nombre de mujer era su figura y la filosofía de conducción que atesora, no entendía nada de mecánica ni sabia los diferentes modelos que existen.
Poco a poco he comencé a interesarme por la historia que atesora este automóvil tan especial.
Hasta que en 2014 me propuse adquirir un Morris y esta es su historia.
En Agosto nos embarcamos mi mujer y yo en una odisea de 2.000 km no exenta de dificultades pero muy ilusionante a la vez, habiendo visitado varios foros especializados, varias páginas de subastas y compraventa me decidí por un Morris Minor Saloon 4 puertas del año 1961 color verde situado muy cerca de Londres.
La aventura comenzó en avión desde Alicante a Londres, y desde allí llegar en tren hasta la casa de la señora Carol en Hayward heath.
Cuando vi por primera vez a "Carmen" nuestro Morris Minor fué una mezcla entre pensar seriamente dios mio que he hecho y entre risas menuda aventura nos espera...
El coche andaba...pero necesitaba atenciones urgentes y sobre todo lo que mas necesitaba yo era empezar a conocerlo y sentirlo en la carretera, volver a conducir por la izquierda no fué problema para mí pero el coche no frenaba o al menos no como yo estaba acostumbrado con los coches modernos, necesitaba frenar reduciendo de marchas, después del shock inicial y salir a la carretera mi única obsesión era llegar a Bristol donde al día siguiente le iban a hacer un buen chequeo y arreglar las cosas mas urgentes en el garaje especializado Morris Minor Centre.
El viaje a Bristol fue una de las aventuras mas arriesgadas de nuestra vida por no decir la que mas...la autovía estaba a tope con retenciones kilométricas, nosotros conduciendo sin casi frenos, sin cinturones, sin seguro pero sobre todo sin conocer aun la respuesta del coche...
Poco a poco nos fuimos acercando a Bristol, el viaje duró unas 4 horas y fué el día mas caluroso que yo recuerde en Inglaterra, llegando nos dimos cuenta de un gran numero de globos aerostáticos surcaban el cielo de muchas formas y colores, al llegar nos dimos cuenta de habíamos llegado en pleno festival Internacional que se celebra anualmente siendo uno de los más importantes del mundo y para nuestro sufrimiento todo Bristol y alrrededores estaba a tope siendo muy dificil encontrar alojamiento ya que estuvimos horas intentándolo hasta que al final a la noche encontramos una habitación de hotel.
Continuará...
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